("para que una sociedad sea rica en
derechos y libertades ha de ser próspera, y para eso nada mejor que los
empresarios ganen dinero").
A Sostres le persigue la polémica, pero
afirma que la culpa no es suya y que no tiene el "afán por epatar" por el
cual le interroga el entrevistador: "Digo y escribo lo que pienso y no tengo
ningún gusto por la polémica. Otra cosa es que la gente se escandalice o no;
están en su deber y en su derecho, yo eso no lo puedo controlar. A veces,
eso sí, me sorprende que cosas que me parecen obviedades causen tanto
estupor en alguna gente. Será que muchos cerebros están podridos de
corrección política y pensamiento buenista Y como no es su caso, hace una
encendida defensa del papel de la Iglesia en la sociedad española: "Cuando
la gente pasa hambre ¿adónde va, a la puerta del sindicato o a la de la
parroquia? Pues ya está. Mire, si la Iglesia no fuera capaz de repetir a
diario el milagro de los panes y los peces, el Estado mañana mismo entraba
en bancarrota, y sin posibilidad de rescate. Sin lugar a dudas, y dicho de
manera poco ortodoxa, la Iglesia es la gran ONG del mundo".
Tampoco está en contra de la "liberación
de la mujer", como se le ha achacado: "Nunca he arremetido contra la
liberación de la mujer. Lo que pasa es que a las cosas ya se las llama de
cualquier manera. Lo que sí he dicho es que inculcar a la mujer que el único
modo de realizarse es siendo alta ejecutiva es de una estupidez supina y de
una mala leche sin límite que ha arruinado muchas vidas".
-¿En contra de la incorporación de
la mujer al trabajo?
-Evidentemente no. Que cada una
haga lo que le guste, pero con libertad y sin presiones. La que quiera
presidir una multinacional que la presida. Y la que quiera ser ama de casa
que lo sea. Sólo una persona intelectualmente limitada puede llegar a la
conclusión de que lo primero es más importante que lo segundo.
-Margaret Thatcher decía que para
ser una buena primera ministra bastaba con ser una buena ama de casa.
-Y lo decía ella, que fue una pésima ama
de casa, eso sí, sobrada de imaginación y deseos de un mundo mejor, hasta el
punto de que la humanidad no ha vuelto a repetir una combinación de
liderazgo como la de Juan Pablo II, Ronald Reagan y Margaret Thatcher. «Los
curas -dice Sostres- están despojándose de ellos mismos para ser y crecer en
los demás, para hacer que el reino de Dios sea de este mundo y para que haya
Providencia para todos».
Reproducimos a continuación el artículo
íntegro publicado en El Mundo por el periodista catalán:
Dónde están los curas
«Un comunista asaltó el otro día
el colegio de los Salesianos de Mérida al grito de "¿Dónde están los curas,
que les vamos a quemar?".
»¿Cómo que dónde están los curas?
¿No sabes dónde están los curas,
comunista? No me extraña. Y no me extraña porque están donde tú no estás ni
nunca has estado. Mientras tú haces el ridículo con tu ideología de fracaso
y de muerte, ellos están predicando el amor y la vida. Mientras tú te haces
el héroe de pacotilla, ellos humildemente hacen lo que pueden y lo que no
pueden para paliar el sufrimiento de tantas personas desamparadas. Mientras
tú prodigas el odio, ellos practican la compasión.
»Ayer y ahora, los curas tratan, en
definitiva, de paliar lo que vosotros los comunistas destrozasteis. Tratan
de propagar el amor como metáfora de la solución universal y de hacer llegar
la caridad allí donde vosotros sembrasteis el desastre.
»Siempre habéis querido quemar iglesias
y a los curas, eso no es ninguna novedad. Tampoco es nuevo que asaltéis
colegios y que tratéis de imponer vuestra brutalidad y vuestra ignorancia.
Es lo único que sabéis hacer y lo único que habéis hecho a lo largo de
vuestra funesta trayectoria.
»Pero por suerte, al final, habéis
perdido siempre. Todo lo vuestro se ha derrumbado de miseria y muerte. Y han
tenido que venir los curas y otros hombres de Dios a remontar con mucho amor
y mucha generosidad vuestros destrozos, a restablecer la dignidad y la
libertad que son los dos grandes dones de Dios y justo lo contrario de
vuestra atrocidad igualitarista que niega los propósitos de la Creación y es
contraria a los intereses de la Humanidad.
»¿Dónde están los curas? Preguntas
fríamente cómo amo la vida y no querrías escuchar lo que te diría un grito.
Los curas están despojándose de ellos mismos para ser y crecer en los demás,
para hacer que el reino de Dios sea de este mundo y para que haya
Providencia para todos.
»¿Los queréis quemar? Ya de vosotros no
me extraña nada. Sois un tanque contra cada esperanza de la Humanidad». |