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EDITORIAL

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FAMPAZ - Familias del Mundo Unidas para la Paz - es una asociación civil sin fines de lucro creada en 1995 y con personería jurídica desde el 2003. Quienes la integramos, consideramos que la Paz podrá reinar sobre la tierra si preparamos adecuadamente el corazón del hombre en el seno de la familia, desde su nacimiento. En esta primera escuela de virtudes compuesta por padres, abuelos, tíos, y demás integrantes de la familia, es donde se sociabiliza con el ejemplo diario y se educa a los hijos en el amor y el respeto mutuo. Por eso afirmamos que Familia y Paz, van unidas.

Es en esa  primera escuela social, el hogar, donde el niño que luego será adulto aprende a vivir y a anhelar una sociedad en Paz, apoyada en el mensaje evangélico de “amar al otro como a uno mismo”. Esto también compromete a la familia como educadora, que tiene la misión de trasponer los muros del hogar e  irradiarse al plano social, educativo y político.

Dentro de las prioridades de FAMPAZ bajo el lema “Si amas la Paz protege la vida naciente y a la madre reciente”, está la protección de la Vida desde la concepción hasta la muerte natural.

No se trata solo de defender la vida del niño concebido, que aún está en el vientre materno, sino también la vida de la madre, para que pueda encontrar un lugar amigable y adecuado en la sociedad. Es importantísimo brindar todo el apoyo posible a la madre en crisis. Para ello primero hay que  ayudarla a que acepte el fruto de una relación vivida, con la mejor predisposición posible, más allá de las circunstancias que le haya tocado vivir, para que pueda lograr su paz interior y tomar decisiones libremente.  

Solidariamente debemos aceptar y acompañar su decisión. Debemos concientizar a nuestra sociedad para que brinde apoyo a las madres en situaciones límites. Todos somos parte del todo, no podemos despreocuparnos del más vulnerable, el más débil, el enfermo, el anciano, el minusválido.

Por último, sabemos que el hombre no está separado de la naturaleza que le rodea, y tiene vida propia, de ahí nuestro respeto e interés por la ecología.

Todo abuso engendra rencores y lastima la armonía de la creación. El abuso contra la naturaleza deja huellas, los atropellos que contra ella se cometen tienen repercusión en el medio ambiente y también en el plano social, en lo que concierne a los otros hombres, que habitan el planeta. Por eso le debemos respeto y debemos tratar de no contaminar el hábitat donde desenvuelve su vida el hombre. Minas a cielo abierto, cambio del cauce de los ríos, talas indiscriminadas, fumigaciones indiscriminadas...No sólo benefician y enriquecen a unos pocos, sino que empobrecen a la mayoría. La violencia contra la naturaleza termina, cobrando vidas inocentes ya que al verse violentada la armonía se revela contra el mismo hombre.

Olga Muñoz. Presidente FAMPAZ