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NUESTRO PAPA FRANCISCO

En esta sección iremos agregando las noticias más importantes sobre la actividad de Nuestro Santo Padre Francisco.

enero de 2019

¡Ustedes son el “ahora” de Dios!: el Papa a los jóvenes en la Misa conclusiva de la JMJ

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En su homilía en la Misa de envío de la JMJ de Panamá el Papa pidió a los jóvenes que se dejen enamorar por el Señor y que peleen por su espacio hoy, porque "la vida es hoy"

*¡Sientan que tienen una misión y enamórense!: lo pidió con fuerza el Papa Francisco a los 700 mil jóvenes reunidos en el Metro Park de Panamá, con ocasión de la Santa Misa por la Jornada Mundial de la Juventud, en el último día de su visita en el país centroamericano. Una homilía con la que el Papa instó a jóvenes llegados de más de 150 países para la JMJ, a “poner en acto el sueño con el que el Señor los soñó”, “ahora”, porque les dijo, “ustedes no son el futuro sino el ahora de Dios”.

En medio a una multitud de jóvenes en fiesta, el Papa llegó en el papamóvil al Metro Park, donde fue recibido por el Arzobispo de Panamá, Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, y se dirigió entre los fieles a la Sacristía del Campo San Juan Pablo II. En la misa participaron también los presidentes de cinco países latinoamericanos: Costa Rica, Colombia, Guatemala, El Salvador y Honduras y Portugal.

Tomar parte en el ahora de Dios para llevar la Buena Noticia

Recordando la visita de Jesús a la sinagoga de Nazaret, cuando afirmó: "Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír" (Lc 4,20-21), Francisco explica a los miles de jóvenes reunidos en el Campo San Juan Pablo II, que Jesús “revela el ahora de Dios que sale a nuestro encuentro para convocarnos también a tomar parte en su ahora de llevar la Buena Noticia a los pobres, la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, dar libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia en el Señor”.

Un Dios concreto y cotidiano

El Santo Padre evidencia que no todos los que estaban presentes en la sinagoga y escuchaban a Jesús se sentían “invitados o convocados” porque no todos los “vecinos de Nazaret estaban preparados para creer en alguien que conocían y habían visto crecer”. Algo que “puede sucedernos también a nosotros” afirma Francisco porque “no siempre creemos que Dios pueda ser tan concreto y cotidiano, tan cercano y real, y menos aún que se haga tan presente y actúe a través de alguien conocido como puede ser un vecino, un amigo, un familiar.”

“E incluso a ustedes, queridos jóvenes, les puede pasar lo mismo cada vez que piensan que su misión, su vocación, que hasta su vida es una promesa tan solo para el futuro y nada tiene que ver con vuestro presente”, precisa el Papa, “como si ser joven fuera sinónimo de sala de espera de quien aguarda el turno de su hora”.

La “ficción” de la alegría y los riesgos del "mientras tanto"

El Obispo de Roma advierte de los riesgos del “mientras tanto” de esa hora: “les inventamos o se inventan un futuro higiénicamente bien empaquetado y sin consecuencia bien armado y garantizado con todo ‘bien asegurado’. “Es la ficción de alegría” dice, un modo para tranquilizarlos y adormecerlos, “para que no hagan ruido, para que no se pregunten ni pregunten, para que no se cuestionen ni cuestionen” explica, “tan solo porque consideramos o consideran que todavía no es su ahora; que son demasiado jóvenes para involucrarse en soñar y trabajar el mañana”.

Involucrarse para trabajar por el mañana ahora

Recordando en su homilía el Sínodo de los Obispos dedicado a los jóvenes del pasado mes de octubre, Francisco evidencia uno de sus frutos: la riqueza del encuentro y de la escucha mutua entre generaciones, “el valor de reconocer que nos necesitamos y que tenemos que esforzarnos en propiciar canales y espacios en los que involucrarse en soñar y trabajar el mañana ya desde hoy", juntos.

Porque los jóvenes son "el ahora de Dios y el Señor", afirma el Papa, Él “los convoca y los llama en sus comunidades y ciudades a ir en búsqueda de sus abuelos, de sus mayores; a ponerse de pie y junto a ellos tomar la palabra y poner en acto el sueño con el que el Señor los soñó”.

Enamorarse de Jesús y su misión

Es ahora el tiempo de actuar, porque “allí donde esté su tesoro allí estará su corazón”, dice el Papa, y “aquello que los enamore”, “será lo que los haga levantarse por la mañana y los impulse en las horas de cansancio, lo que les rompa el corazón y lo que les haga llenarse de asombro, alegría y gratitud. Sientan que tienen una misión y enamórense, que eso lo decidirá todo. ¡Dejemos que el Señor nos enamore!
Jesús quiere ser nuestro tesoro

Para Jesús no existe un “mientras tanto”, dice el Papa, sino que “Él quiere ser nuestro tesoro”, porque no es un “mientras tanto en la vida o moda pasajera, es amor de entrega que invita a entregarse". “Es amor concreto, cercano, real – explica el Papa - es alegría festiva que nace al optar y participar en la pesca milagrosa de la esperanza y la caridad, la solidaridad y la fraternidad frente a tanta mirada paralizada y paralizante por los miedos y la exclusión, la especulación y la manipulación”.

“ El Señor y su misión no son un “mientras tanto” en nuestra vida, algo pasajero, ¡son nuestra vida!


 

marzo de 2012

Día del niño por nacer

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… la gracia de participar generosamente de ese amor que llevó a su Hijo Jesús a entregarse a la muerte para darnos la vida a nosotros.

La gracia de hacer nuestro este mensaje del Evangelio, de hacer nuestro el camino que Jesús siguió. Dar su vida para que nosotros tuviéramos vida, negarse a sí mismo en favor de nosotros.

Un camino nada fácil, que los llevó por tortuosos senderos de incomprensión, persecución, incluso con angustias. En este pasaje que acabamos de escuchar, Jesús dice: Mi alma ahora esta turbada, pero he llegado para esto. Y acá se proyecta esa turbación, esa tristeza, esa angustia del Corazón de Jesús, esa soledad enorme en el huerto de los Olivos, que lo hace sudar sangre. Y eso por nosotros, para que tengamos vida… y vida en abundancia. Y para que no tengamos dudas de que éste es el camino y no otro, nos habla del grano de trigo: Si el grano de trigo no muere, permanece solo, no da fruto.

Y nos dice que va a atraer todo cuando vaya a ser levantado en alto, es decir, cuando esté pagando con su vida nuestro rescate. Obviamente, estamos frente al misterio más grande. Dios que se hace hombre, que toma nuestra condición humana, para pagar nuestras deudas, para defender nuestra vida, para darnos vida.

Y este es el camino para cuidar la vida, entregar la propia. El que tiene apego a su vida la perderá. El que no está apegado a su vida en el este mundo la conservará para la vida eterna.

El egoísmo nos lleva a apegarnos a nuestra propia vida, hasta tal punto de disimular la situación de peligro o de injusticia de otras vidas, vidas que están en camino, están por nacer, vidas que están creciendo y que corren el riesgo de caer en manos que les deformen en corazón. La vida de nuestros chicos, las vidas de nuestros jóvenes, vidas que empiezan a trabajar y tienen que aprender a sortear las dificultades sin vender su conciencia, vidas a las que hay que acompañar y enseñarles a no venderse. Siempre hay un sobrecito tentador que se da a cambio de aceptar una idea o de hacerse el distraído mirando hacia otro lado. Vidas que tiene que engendrar y dar como herencia valores, valores humanos y valores divinos. Vidas que se van añejando en esa sabiduría de los ancianos que nos piden por favor que los cuidemos, que no los abandonemos, que no los despachemos para sacárnoslos de encima.

Cuidar la vida, y solamente se la cuida como la cuidó Jesús. Y cuidar la vida entraña el cuidarnos entre nosotros, el más pequeñito, que apenas se ve en una ecografía, el más anciano, añejo de sabiduría por haber caminado y trabajado con dignidad.

Y también cuidar la vida de aquel que se desvió, no condenar, rezar por él, hacer penitencia por él, pedir la misericordia de Dios por él..

Tantos Herodes que no sólo no se ocupan de la vida de los demás sino que la limitan, la acotan o la matan. Pedir, orar, todo eso es morir a uno mismo, para que la vida crezca en los demás, todo eso es morir como Jesús para que la vida sea cuidada.

Escuchemos la voz de Jesús en el Evangelio, el que tiene apego a su vida la va a perder. Cuidar la vida de mi hermano, cuidar la vida de cualquier ser humano supone sacrificio, supone cruz, supone no cuidarme yo. Supone que nos sea concedida esa gracia. Le pedimos al comenzar la misa: “Padre, danos la gracia de participar generosamente de este amor que llevó a tu Hijo a entregarse por nosotros.

En esta misa pidamos la gracia de cuidarnos mutuamente, de cuidar toda la vida, de trabajar para que tantos Herodes que se dan a lo largo del transcurso de una vida, no logren su cometido: facilitemos huidas a Egipto para cuidar a los hermanos, desde los más chiquitos hasta los más grandes.

La que nos da un ejemplo de cómo se cuida la vida es Ella, que cuidó a Dios chiquitito y cuidó a Dios clavado en una Cruz, de pie y de pie, con fortaleza y generosidad.

Madre, enséñanos a cuidar la vida.

Card. Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires


 

marzo de 2011

Misa y Rosario por la Vida

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El gran Papa Pío XI dijo una frase muy dura: “Lo peor que nos pasa no son los factores negativos de la civilización sino lo peor que nos pasa es la somnolencia de los buenos”. ¿Tenés coraje para asumir este camino que asumió María de cuidar la vida desde el principio hasta el final? O estas somnoliento? Y si lo estás… que es lo que te anestesia? Arzobispo de Buenos Aires Cardenal Jorge Mario Bergoglio.25-3-2011

*Alguien me decía una vez que el día de hoy es el día mas luminoso del año porque conmemoramos el día en que Dios comenzó a caminar con nosotros. Dios es recibido por María; el seno de María se transforma en un santuario cubierto por el Espíritu Santo, cubierto por la sombra de Dios y de ahí en más María comienza un camino, un camino de acompañamiento a la vida que acaba de concebir, a la vida de Jesús. Lo espera, como toda madre espera a un hijo, con mucha ilusión pero antes de nacer empiezan las dificultades; y ella sigue acompañando esa vida de dificultades. En el momento prácticamente de dar a luz tiene que emprender un viaje para cumplir con la ley, la ley civil de los romanos, y cumple. Va a cumplir con la ley. Y allí nace el chico sin ninguna comodidad y ella acompaña eso, Jesús prácticamente nació en situación de calle… en un pesebre… en un corral… no había lugar para Él y ella acompaña

Después del inmenso gozo que siente al recibir a los pastores, a los magos y ese reconocimiento universal a Jesús, viene la amenaza de muerte y el exilio… Y María acompaña el exilio. Después acompaña el regreso, la educación del niño y su crecimiento… va acompañando esa vida que crece, con las dificultades que tiene, las persecuciones, acompaña la cruz, acompaña su soledad esa noche en que lo torturaron justamente toda la noche… al pie de la cruz está ella… acompaña la vida de su hijo y acompaña su muerte. Y en su profunda soledad no pierde la esperanza y acompaña su resurrección plena de gozo! Pero ahí no termina su trabajo porque Jesús le encomienda la Iglesia naciente y desde entonces acompaña a la Iglesia naciente, acompaña la vida.

María, la mujer que recibe y acompaña la vida… hasta el final; con todos los problemas que se puedan presentar y todas las alegrías que la vida también nos da. María la mujer que en un día como hoy recibe la vida y la acompaña hasta su plenitud y todavía no terminó porque nos sigue acompañando a nosotros en la vida de la Iglesia para que vaya adelante. La mujer del silencio, de la paciencia, que soporta el dolor, que enfrenta las dificultades y que sabe alegrarse profundamente con las alegrías de su hijo.

El Papa Benedicto XVI ha querido que este año fuera el año de la vida. Y un día como hoy en que la vida de Dios se inaugura en la tierra, este año de la vida tiene como su inicio, su peso más fuerte, en esa vida traída por María y acompañada por María. Y en este año de la vida creo que nos hará bien preguntarnos a nosotros como recibimos la vida… como la acompañamos… porque a veces no nos damos cuenta de lo que es la fragilidad de una vida. Quizá no caigamos en la cuenta de los peligros que la vida de una persona desde niño, desde su concepción hasta su muerte, tiene que atravesar. Entonces la pregunta que yo quisiera hacerles hoy, mirando a María que acompaña la vida, es: Sabemos acompañar la vida? La vida de nuestros chicos, de nuestros hijos y de los que no los son…Sabemos ponerle a los chicos alicientes en su crecimiento? Sabemos ponerles límites en su educación? Y los chicos que no son nuestros, aquellos que –y perdonen la expresión- parecen los “chicos de nadie”… me preocupan a mí también? Son vida! Es hálito de Dios! O me preocupa más cuidar a mi mascota, la que como no tiene libertad con su instinto me va a devolver lo que yo creo es cariño. Alguna vez pensé que lo que gasto en cuidar una mascota podría ser alimento y educación de otro chico que no lo tiene? Cuido la vida de los chicos cuando crecen? Me preocupo por sus compañías? ¿Me preocupo para que crezcan maduros y libres? Sé educar en la libertad a mis hijos? Me preocupo de sus diversiones?... A veces cuando vemos los programas de ciertos viajes de egresados uno se pregunta si esto es cuidar la vida o es preparar el camino para que quemen todos los cartuchos que puedan. Yo cuido eso? Y la vida sigue creciendo… y María la sigue acompañando… y yo como María la acompaño? Que tal tus padres? Que tal tus abuelos? Que tal tus suegros? Los acompañás? Te preocupás por ellos? Los visitás? A veces es muy doloroso pero no queda más remedio que estén en un geriátrico por las situaciones de salud o de la misma familia… pero, cuando están ahí, desgasto un sábado o domingo para estar con ellos? Cuidás esa vida que se está apagando y te dio la vida a vos?

En este año de la vida el Papa quiere que veamos todo el curso de la vida, en cada paso está María aquí. La que cuidó la vida desde el principio y la sigue cuidando en nosotros como Iglesia que está caminando. Lo peor que nos puede pasar es que carezcamos de amor para cuidar la vida y María es la mujer del amor. Si no hay amor no hay lugar para la vida. Sin amor hay egoísmo y uno se enrosca para acariciarse a sí mismo. Amor le pedimos hoy a María para cuidar la vida. Amor y coraje! Alguno me podrá decir: “Pero Padre, en esta civilización mundial que parece apocalíptica como podremos llevar el amor en medio de tantas contradicciones y cuidar la vida hasta sus últimas consecuencias…?”

El gran Papa Pío XI dijo una frase muy dura: “Lo peor que nos pasa no son los factores negativos de la civilización sino lo peor que nos pasa es la somnolencia de los buenos”.

Tenés coraje para asumir este camino que asumió María de cuidar la vida desde el principio hasta el final? O estas somnoliento? Y si lo estás… que es lo que te anestesia? Porque María no concedía anestesias al amor! Y hoy le pedimos a ella: “Madre, que amemos en serio, que no seamos somnolientos, y que no nos refugiemos en las mil y una anestesia que nos presenta esta civilización decadente”. Que así sea.

Buenos Aires, 25 de marzo de 2011.


 

Junio de 2013

Francisco: La cultura del descarte convierte a las personas en desperdicios

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El papa Francisco dedicó la catequesis de la audiencia general de los miércoles a la tutela del medio ambiente, recordando que hoy se celebra el día mundial del Medio Ambiente promovido por las Naciones Unidas. "Cuando hablamos de ambiente, de la creación, pienso en las primeras páginas de la Biblia, en el Libro del Génesis, donde se afirma que Dios puso al hombre y a la mujer en la tierra para que la cultivaran y la cuidaran. Y me pregunto, -dijo el Papa a los fieles reunidos esta mañana en la Plaza de San Pedro- ¿Qué significa cultivar y cuidar la tierra?, ¿Estamos realmente cultivando y cuidando la creación?, ¿O la estamos explotando y descuidando?".

"Cultivar y cuidar la creación -explicó el Papa- es una indicación de Dios, dada no sólo al inicio de la historia, sino a cada uno de nosotros; es parte de su proyecto; quiere decir hacer crecer el mundo con responsabilidad, transformarlo para que sea un jardín, un lugar habitable para todos".

El Papa recordó las muchas veces que Benedicto XVI dijo que "este cometido encomendado por Dios Creador requiere seguir el ritmo y la lógica de la creación. Nosotros sin embargo nos dejamos llevar a menudo por la soberbia del dominar, del poseer, del manipular, del explotar; no la "cuidamos", no la respetamos, no la consideramos como un don gratuito que debemos cuidar. Estamos perdiendo la actitud del asombro, de la contemplación, de la escucha de la creación, y así no conseguimos ver lo que Benedicto XVI llama "el ritmo de la historia de amor de Dios con el hombre". ¿Por qué sucede esto?, ¿Por qué pensamos y vivimos horizontalmente?, nos hemos alejado de Dios, no vemos sus señales".

"Pero cultivar y cuidar -destacó el Pontífice- no se refiere sólo a la relación entre nosotros y el ambiente, entre el hombre y la creación, afecta también a las relaciones humanas. Estamos viviendo un momento de crisis; lo vemos en el ambiente, pero sobre todo lo vemos en el hombre. La persona humana está en peligro: ¡He aquí la urgencia de la ecología humana! El peligro es grave porque la causa del problema no es superficial, sino profunda: no es sólo una cuestión de economía, sino de ética y antropología...dominan las dinámicas de una economía y una riqueza carentes de ética”.

El Santo Padre, con palabras improvisadas añadió: "Lo que manda hoy no es el hombre, es el dinero: ¡el dinero y la riqueza son los que mandan! Y Dios, nuestro Padre, no ha dado el cometido de cuidar la tierra al dinero, sino a nosotros: a los hombres y las mujeres. ¡Somos nosotros los que tenemos este encargo! Sin embargo, los hombres y las mujeres son sacrificados a los ídolos de la explotación y del consumo: es la cultura del descarte".

"Si una noche de invierno -continuó-, aquí en la calle Ottaviano por ejemplo, muere una persona, eso no es noticia. Si en muchas partes del mundo hay niños que no tienen nada para comer, eso no es noticia, ¡es una cosa normal! !Esto no puede continuar así! Esto se convierte en una cosa normal: que haya personas sin hogar que mueren de frío por la calle, no es noticia, pero que la Bolsa de algunas ciudades baje diez puntos, es una tragedia. Así, las personas son descartadas, como si fuéramos desperdicios".

"La vida humana, la persona, no se ve como un valor primario que respetar y cuidar. Esta cultura del descarte nos ha convertido en insensibles también ante el derroche y el despilfarro alimentario. El consumismo nos induce a acostumbrarnos a lo superficial, al derroche cotidiano de la comida a la que, a veces, no somos capaces de dar el justo valor que va más allá de los meros parámetros económicos. ¡Recordemos bien que los alimentos que tiramos a la basura son como si se los robáramos al pobre de la mesa, al que pasa hambre!”

"Los invito a todos -finalizó- a reflexionar sobre el problema del derroche de los alimentos. Comprometámonos todos seriamente a respetar y cuidar la creación, cuidar de todas las personas, contrarrestar la cultura del derroche y del descarte.


 

Junio de 2013

Francisco: La Iglesia necesita más santos y menos corruptos

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Cada uno de nosotros vive con pequeñas o grandes idolatrías, pero el camino que nos lleva a Dios pasa por un amor que es exclusivo a Él, como Jesús nos lo enseñó. Lo afirmó así este jueves el papa Francisco en la misa matutina de la Casa Santa Marta. Concelebraron con el papa tres prelados: el arzobispo de Curitiba en Brasil, m<onseñor José Vitti; y los obispos de Ibiza en España, monseñores Juan Segura, y de Sagar en la India, monseñor Chirayath Anthony. Según informó Radio Vaticana, también asistieron empleados de la Biblioteca Apostólica Vaticana, acompañados por el viceprefecto Ambrogio Paizzoni, y un grupo de personal de la Universidad Lateranense, acompañados por el vicerrector, monseñor Patrick Valdrini.


Cuando el escriba se acercó a Jesús para preguntarle lo que, según él, es "el primero de todos los mandamientos" es probable que su intención no fuera tan inocente. Es así como el papa Francisco inicia la homilía evaluando el comportamiento del hombre que, en la narración evangélica de la liturgia de hoy, se dirige a Cristo dando la impresión de "ponerlo a prueba", si no es de "hacerlo caer en la trampa".

Y cuando -a la cita bíblica de Jesús: "Escucha, oh Israel. El Señor es nuestro Dios, el Señor es uno"-, el escriba responde aprobando, el papa llama la atención sobre el comentario de Cristo: "No estás lejos del reino de Dios". En esencia, dice el papa Francisco, con el "no estás lejos", Jesús quería decirle al escriba: "Sabes muy bien la teoría", pero "todavía te falta una distancia hacia el Reino de Dios", es decir, debes caminar para transformar en "realidad este mandamiento ", ya que "la confesión de Dios" se hace en el "camino de la vida".

Añadió el santo padre que "no basta decir: 'Pero yo creo en Dios, Dios es el único Dios'. Está bien, pero ¿cómo vives este camino de vida? Porque podemos decir: 'El Señor es el único Dios, solamente, no hay otro', pero a la vez vivir como si Él no fuera el único Dios y tener otras deidades a nuestra disposición. Es el peligro de la idolatría: la idolatría que llega a nosotros con el espíritu del mundo. Y Jesús, en esto, era claro: el espíritu del mundo, no. Y en la última Cena Jesús pide al Padre que nos defienda del espíritu del mundo, porque el espíritu del mundo nos lleva a la idolatría".

"La idolatría -continúa el papa Francisco-, es sutil", todos nosotros "tenemos nuestros ídolos ocultos" y "el camino de la vida para llegar, para no estar lejos del Reino de Dios", implica "descubrir los ídolos ocultos". Un comportamiento que ya se encuentra en la Biblia -recuerda-, se lee en el episodio en el que Raquel, mujer de Jacob, finge no tener consigo ídolos, los cuales ha llevado de la casa de su padre y los ha escondido detrás de su caballo. También nosotros, dijo Francisco, "lo hemos escondido en un caballo, pero tenemos que buscarlo y debemos destruirlo", porque la única manera de seguir a Dios es la de un amor basado en la "lealtad".

Ahuyentar los ídolos
"Y la lealtad --prosiguió--, nos pide que ahuyentemos los ídolos, descubrirlos: están ocultos en nuestra personalidad, en nuestra forma de vida. Pero estos ídolos ocultos hacen que no seamos fieles en el amor. El apóstol Santiago, cuando dice: 'Quien es amigo del mundo, es enemigo de Dios', comienza diciendo: '¡Ustedes adúlteros!'. Nos reprocha, pero con el adjetivo: ¡adúlteros! ¿Por qué? Porque quien es "amigo" del mundo es un idólatra, ¡no es fiel al amor de Dios! El camino para no estar lejos, para avanzar en el Reino de Dios, es un camino de lealtad que se asemeja a la del amor conyugal".

Mientras que "con las pequeñas idolatrías que tenemos", ¿cómo es posible -concluye el Papa-, no ser fiel "a un amor tan grande?". Para ello, es necesario confiar en Cristo, que es "fidelidad plena" y que "nos ama tanto".

"Podemos preguntarle ahora a Jesús: 'Señor, tú que eres tan bueno, enséñame el camino para estar cada día menos lejos del Reino de Dios, aquella manera para ahuyentar todos los ídolos'. Es difícil, pero tenemos que empezar... Los ídolos ocultos en los muchos caballos que tenemos en nuestra personalidad, en nuestra forma de vida: mandar lejos el ídolo de lo mundano, que nos lleva a convertirnos en enemigos de Dios. Pidamos esta gracia en Jesús, hoy."+

 


 

Junio de 2013

Francisco: La Iglesia necesita más santos y menos corruptos

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Ciudad del Vaticano (AICA): Pecadores, corruptos y santos. Sobre esto ha centrado hoy lunes el papa la homilía de la misa en la capilla de la Casa Santa Marta. Francisco señaló que los corruptos hacen mucho daño a la Iglesia porque son adoradores de sí mismos; en cambio los santos hacen mucho bien, son la luz en la Iglesia. En la misa, concelebrada con el cardenal Angelo Amato, participó un grupo de presbíteros y colaboradores de la Congregación para las Causas de los Santos y un grupo de Caballeros de Su Santidad.

En la misa, concelebrada con el cardenal Angelo Amato, participó un grupo de presbíteros y colaboradores de la Congregación para las Causas de los Santos y un grupo de Caballeros de Su Santidad.

¿Qué pasa cuando queremos llegar a ser los dueños de la viña? El santo padre ha desarrollado su homilía desde el evangelio de hoy, que habla de la parábola de los viñadores malvados, y se ha detenido en "tres modelos de cristianos en la Iglesia: los pecadores, los corruptos y los santos".

El Papa explicó que de los pecadores no se necesita hablar mucho, porque todos lo somos". Nos conocemos "desde dentro y sabemos lo que es un pecador. Y si uno de nosotros no se siente así, vaya a una visita al médico espiritual", porque "algo está mal".

La parábola, sin embargo, nos habla de otra figura, la de los que quieren "tomar posesión de la viña y han perdido la relación con el Dueño de la viña". Un Dueño que "nos ha llamado con amor, nos protege, pero luego nos da la libertad". Estas personas "sienten que son fuertes, se sienten autónomos ante Dios".

"Éstos, lentamente, se mueven en esa autonomía, la autonomía en su relación con Dios: "No necesitamos de aquel Dueño, ¡Que no venga a molestarnos! Y seguimos adelante con esto. ¡Estos son los corruptos! Los que eran pecadores como todos nosotros, pero que han dado un paso hacia adelante, como si se hubieran consolidado en su pecado: ¡no necesitan a Dios! Esto parece, porque en su código genético tienen esta relación con Dios. Y como aquello no se puede negar, hacen un dios especial: ellos mismos son dios. Son corruptos".

Esto, agregó, "es un peligro también para nosotros." En las "comunidades cristianas", prosiguió, los corruptos solo piensan en su propio grupo: "Bien, bien. Es uno de nosotros" --piensan--, pero en realidad, "son para sí mismos".

"Judas comenzó de pecador avaro y terminó en la corrupción. Es un camino peligroso el camino de la autonomía: los corruptos son grandes olvidadizos, han olvidado este amor con que el Señor ha hecho la viña, ¡los hizo a ellos! ¡Han roto con este amor! Y se convierten en adoradores de sí mismos. ¡Cuánto mal hacen los corruptos en la comunidad cristiana! Que el Señor nos libre de transitar por el camino de la corrupción".

Necesitamos santos
El papa habló también de los santos, recordando que hoy es el quincuagésimo aniversario de la muerte del papa Juan XXIII, "un modelo de santidad". En el evangelio de hoy, agregó, los santos son los que "van a buscar el alquiler" de la viña. "Ellos saben lo que les espera, pero tienen que hacerlo y cumplen con su deber".

"Los santos, los que obedecen al Señor, los que adoran al Señor, son los que no han perdido el recuerdo del amor con que el Señor ha hecho la viña. Son los santos en la Iglesia. Y así como los corruptos hacen tanto daño a la Iglesia, los santos hacen tanto bien. De los corruptos, el apóstol Juan dice que son el anticristo, que están en medio de nosotros, pero no son de de los nuestros. De los santos la Palabra de Dios nos habla como de luz, 'los que estarán ante el trono de Dios en adoración'. Pidamos hoy al Señor la gracia de sentirnos pecadores, no pecadores de tipo genérico, sino pecadores por esto, esto y aquello, concreto, como concreto es el pecado. La gracia de no caer en la corrupción: ¡pecadores sí, corruptos no! Y la gracia de ir por el camino de la santidad".+


 

Junio de 2013

El papa Francisco en una visión de su confesor


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A través de un portal croata se conoció en Buenos Aires una carta que el sacerdote franciscano Fray Berislao Ostojic OFM, confesor en la Argentina del cardenal Jorge Mario Bergoglio, envió a su hermano Mario Marcos que vive en Zagreb, Croacia, en la que ofrece una visión particular del papa Francisco. Entre otras cosas, dice que los medios de comunicación del mundo “cantan loas al nuevo Papa”, sin embargo recomienda “evitar la telaraña de entusiasmos ingenuos”, ya que “la experiencia nos enseña que, con frecuencia, quienes hoy exaltan, mañana, por razones ideológicas, de buenas a primeras se ubican en la vereda opuesta”.

 


Entre otras cosas, fray Berislao dice que los medios de comunicación del mundo “cantan loas al nuevo Papa”, sin embargo recomienda “evitar la telaraña de entusiasmos ingenuos”, ya que “la experiencia nos enseña que, con frecuencia, quienes hoy exaltan, mañana, por razones ideológicas, de buenas a primeras se ubican en la vereda opuesta”. Y agrega: “Basta pensar qué sucederá cuando el Santo Padre reafirme el valor de toda vida humana y pronuncie un claro NO al aborto, y qué se dirá cuando ratifique el matrimonio entre un varón y una mujer”, y muchas otras cuestiones sensibles. Entonces “muchos entusiastas superficiales cambiarán de vereda, y le harán sentir el peso de la cruz que no se negocia en desmedro de la verdad del Evangelio”.

En otro párrafo se refiere a su permanente pedido: “Rece por mí” y recuerda que hace poco pidió “Recen por mí, para que no me la crea”. En esta sencilla petición, dice el padre Ostojic, “se contiene su concepto de la autoridad, que es servicio. Y como tiene los pies sobre la tierra y no vive de ilusiones, sabe muy bien que el tentador no duerme y que los tesoros de gracia se llevan en vasos de barro. Esto es puro realismo humano y espiritual”.

Al plantearse de dónde le viene “la audacia de los gestos, la alegría del servicio”, el fraile franciscano explica: “Desde mi percepción personal la cosa me parece clara. La columna vertebral, desde la que se articulan los gestos y las palabras, hay que buscarla y se la reconoce en su actitud orante, en la capacidad de estar frente al Sagrario y abrevar en la intimidad con Cristo las riquezas con las que Jesús llena los corazones que se le abren para que los ilumine y los fortalezca”, y relata que en la homilía que Bergoglio pronunció en la consagración del obispo de Azul, monseñor Salaberry, jesuita, al referirse a las dificultades que se presentarían en la vida de obispo, “cuando todo parece oscuro”, lo exhortaba: “Entonces, aprendé a pelarte las rodillas ante el Sagrario. Él, Jesús, jamás defrauda”.

Texto de la carta enviada a su hermano el 25 de abril de 2013
Querido hermano, ¡Paz y bien! Te escribo para compartir con vos la profunda alegría del don que el Señor le hizo a esta tierra que te vio nacer y que en el papa Francisco, desde que yo lo conozco, tiene a un hijo suyo capaz de abrir corazones, tender puentes y estrechar manos sin hacer acepciones espurias. Nada de lo que yo pueda escribirte se inscribe en el afán por novedades coyunturales.

En los primeros gestos y palabras del nuevo Obispo de Roma, tanto quienes llenaban la plaza de San Pedro como quienes seguían el acontecimiento por los medios de comunicación, pudimos ver, apreciar y también gustar el mensaje de un hombre sencillo y entregado al querer de Dios.

Creo que la presentación del papa Francisco muestra que vive profundamente enraizado en ese Jesús que, como a Pedro, le habrá susurrado en lo más íntimo aquella pregunta “¿Me amas?”. Y la respuesta no se hizo esperar y todos pudimos percibirlo.

En el libro de los Hechos de los Apóstoles tenemos una pista por comprender: “En mi primer libro, querido Teófilo, me referí a todo lo que Jesús hizo y enseñó, desde…” (Hechos 1,1).

El orden de los verbos, hacer y enseñar, no es casual, es más bien profundamente significativo. Hasta la sabiduría popular hace dos referencias a ese orden en dos frases: “a las palabras se las lleva el viento, los ejemplos convencen” y “obras son amores, no buenas razones”.

Esta sencilla y descarnada introducción permite valorar la importancia de los gestos con los que el papa Francisco sella y autentica la genuina raíz evangélica de sus palabras.

Quienes hemos tenido algún trato y cercanía con quien hasta hace poco era arzobispo de Buenos Aires, y en tantas ocasiones hemos escuchado y nos hemos servido de sus homilías, no nos vimos demasiado sorprendidos por los gestos y tampoco por su estilo llano, cordial y al mismo tiempo incisivo.

Es su manera de hablarle al corazón de la gente, sin distinciones espurias.

Es natural que muchos se pregunten por la raíz o por la columna vertebral de este estilo que tanto cautiva, no solo a quienes están en la Plaza de San Pedro, sino también a cuantos están siguiéndolo en los más variados rincones del mundo.

Las opiniones abundarán. Los mismos medios de comunicación sencillos, como los periódicos y revistas, o los más sofisticados, cantan loas al nuevo Papa y dicen tantas cosas interesantes.

Sin embargo, aun cuando cabe apreciar la misión de los medios, también habrá que evitar la telaraña de entusiasmos ingenuos.

La experiencia nos enseña que, con frecuencia, quienes hoy exaltan, mañana, por razones ideológicas, de buenas a primeras se ubican en la vereda opuesta.

Basta pensar: ¿Qué sucederá cuando el Santo Padre reafirme el valor de toda vida humana y pronuncie un claro NO al aborto? ¿Qué se dirá cuando ratifique el matrimonio entre un varón y una mujer? Y muchas otras preguntas sensibles.

Entonces muchos entusiastas superficiales cambiarán de vereda, y le harán sentir el peso de la cruz que no se negocia en desmedro de la verdad del Evangelio.

Estoy profundamente convencido de que el papa Francisco vive con sereno gozo las alegrías y que sabrá llevar la cruz. Y desde ella invitar a la esperanza que no defrauda.

Quienes por algún motivo entran en contacto con él escucharán de sus labios este pedido: “Rece por mí”.

También ya como Papa hace poquito pidió: “Recen por mí, para que no me la crea”. En esta sencilla petición se contiene su concepto de la autoridad, que es servicio. Y como tiene los pies sobre la tierra y no vive de ilusiones, sabe muy bien que el tentador no duerme y que los tesoros de gracia se llevan en vasos de barro. Esto es puro realismo humano y espiritual.

Vuelvo a la pregunta, a mi entender fundamental para entender cuanto hace y dice el Papa: ¿De dónde le viene la audacia de los gestos, la alegría del servicio?

Desde mi percepción personal la cosa me parece clara. La columna vertebral desde la que se articulan los gestos y las palabras, hay que buscarla y se la reconoce en su actitud orante, en la capacidad de estar frente al Sagrario y abrevar en la intimidad con Cristo, las riquezas con las que Jesús llena los corazones que se le abren para que los ilumine y los fortalezca.

Recuerdo que en la ordenación episcopal del obispo de Azul, Mons. Salaberry, también jesuita, en la homilía, refiriéndose a las dificultades, cuando todo parece oscuro, Bergoglio lo exhortaba: “Entonces, aprendé a pelarte las rodillas ante el Sagrario. Él, Jesús, jamás defrauda”.

La sencillez en el trato, la apertura del corazón, el entusiasmo por llevar el Evangelio a todos, el amor y la ternura por los más débiles, no son riquezas que caen del cielo, se adquieren en la intimidad con Jesús, el único Maestro.

El gesto de pedir que oren por él para que, antes de bendecir él mismo al pueblo, éste implore la bendición para el pastor, no se improvisa. La fuerza del gesto se percibió en el silencio orante que unió, en Cristo, el corazón de los fieles y el del Pastor. Todos pudimos palpar la fecundidad de sabernos miembros vivos de la Iglesia.

Esto de pedir “rece y recen por mí” se da cada vez que despide a alguno con quien se encontró por alguna razón.

Otro gesto que, para mí, lo pinta de cuerpo entero, es su visita a los presos el día Jueves Santo. Así manifestó que su cercanía a los pobres, que aquí en Buenos Aires fue parte viva de sus preocupaciones pastorales, se mantendrá también en Roma.

Claro, como obispo de Roma, todo lo que haga y diga tiene más repercusión por razones fáciles de entender.

Le es muy caro, y lo manifestará con insistencia, el tema de la ternura y de la misericordia de Dios.

Habrá, sin ninguna duda, muchas más expresiones semejantes a las que todos conocemos. “Dios no se cansa nunca de perdonar, pero nosotros nos cansamos a veces de pedir perdón”.

Este es el papa Francisco que yo conozco. Estoy seguro de que, aún cuando sus nuevas y más amplias obligaciones le impongan cambios en algunas formas, en lo esencial seguirá siendo el mismo.

Él es un enamorado de Cristo y en Cristo ama a todos los hombres. Cuando ya no ocupe las primeras páginas de los periódicos, él seguirá dando testimonio creíble y coherente de Jesús.

Nos toca a nosotros orar por él, ser fieles a su Magisterio y, dentro de nuestras posibilidades, colaborar en llevar la semilla del Evangelio al mundo de hoy.

Cada uno de nosotros cabe en algún lugarcito del corazón del papa Francisco. Que él también tenga, junto con Jesús, un lugarcito en nuestros corazones Si eligió el nombre de Francisco, para decirlo con una expresión simple, es porque sin dejar de ser un auténtico jesuita, tiene un corazón franciscano. El Espíritu Santo lo guiará y nuestras oraciones lo sostendrán en su misión de Padre y de Pastor.

Espero no haberte cansado. Que el Señor te bendiga y la Virgen te proteja. Paz y Bien. Te saludo con afecto. Fra Berislav Ostojic.

Hurligham (Buenos Aires), 25 de abril de 2013.